Una forma de entender la política: como espacio de actuación, como posibilidad de accionar en la complejidad, como decisión que reduce la complejidad pero no la niega.
Negarla sería no comprenderla, actuar desde el puro principio de placer.
El espacio de actuación complejo comprende articulaciones y negociaciones entre principio de placer y principios de realidad.
Una política guíada por el puro principio del placer es tan peligrosa como una compulsiva, repetitiva, guiada por aquello tanático y destructivo que se encuentra más allá del principio de placer.
más allá del principio de placer está el choque por el choque, la caída vertiginosa, lo que se repite siempre por repetirse, por repetirse, por repetirse...
HARTO de políticas de discursos suturados, engrudados, compulsivos... necesitamos CREATIVIDAD negociante, sucia, de barro,
ACCIONES POLÍTICAS que se articulen contra el principio de realidad,
sin caer tampoco en el realismo,
sino negociando nuevas realidades,
en escenarios orgiásticos donde desfilen y peleen en el barro el deseo, la realidad y la muerte como en un ménage à trois
DE LO CONTRARIO LA REALIDAD DE LOS PRINCIPIOS SE ESTRELLA CONTRA EL PRINCIPIO DE REALIDAD