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viernes
Peter Brook: interacción, espacio y energía.
“En Shakespeare, hay escenas en que dos personas caminan en un espacio cerrado y de pronto se encuentran al aire libre sin que haya un corte ostensible entre una y otra. Una parte de la escena es al aire libre, otra entre paredes, sin indicación acerca del punto en que ocurre la transición (…) "¿Cómo es que este autor tan grande no se haya dado cuenta del error que cometió cuando en una parte del texto dice que una acción duró tres años, en otro momento un año y medio y en realidad, sólo dos minutos?", se preguntan [los especialistas]. "¿Cómo pudo este torpe autor haber escrito una primera oración indicando que estamos "adentro" y en la oración siguiente escribir "Mira ese árbol", lo cual implica que estamos en un bosque?"
Es evidente, sin duda, que Shakespeare estaba escribiendo teatro para un espacio infinito dentro de un tiempo indefinido.
No existe la obligación de atenerse a una unidad de lugar o a una unidad de tiempo, cuando se pone el énfasis en las relaciones humanas. Lo que mantiene nuestra atención es la interacción entre una persona y otra. El contexto social, que está siempre presente en la vida, no se muestra sino que lo establecen los demás personajes. Si el tema de la acción es la relación entre una mujer rica y un ladrón, lo que crea esta relación no es el decorado ni la utilería sino la historia, la acción misma. El es un ladrón, ella es rica. Entra un juez: la relación humana entre la mujer, el ladrón y el juez crea el contexto. La escenografía, en el sentido vivo del término, es creada de un modo totalmente dinámico y libre por la interacción entre los personajes.
La "obra" como totalidad, incluyendo el texto y todas sus implicancias sociales y políticas, será la expresión directa de las tensiones subyacentes. Si nos encontramos frente a un decorado realista, con una ventana para que el ladrón trepe, una caja fuerte para que rompa, una puerta para que la rica abra ¡el cine lo puede hacer mejor!
(…) El realizador de cine tiene una ventaja que el director de teatro adquirirá sólo si abandona el decorado realista y vuelve al escenario abierto. Entonces el teatro, siendo teatral, vuelve otra vez a la vida. Esto nos vuelve a nuestro punto de partida: para que haya diferencia entre el teatro y el no-teatro, entre la vida de todos los días y la vida teatral, necesita haber una compresión del tiempo que es inseparable a la intensificación de la energía.”