"No hacemos ficción... construimos realidad"

"No hacemos ficción... construimos realidad"
Consultoría, Asesoría, Coaching Sociológico y Socioanálisis para individuos/grupos/organizaciones/empresas. Soluciones CREATIVAS desde un enfoque centrado en la SINGULARIDAD del Cliente. Ud. puede ser actor protagonista de su vida: NO hacemos ficción ¡Construimos realidad!

jueves

Crítica Despair


ÉSTA ES LA VERSIÓN ORIGINAL, ANTES DE LA CORRECTA PODA EDITORIAL PARA LA VERSIÓN EN SHOWONLINE QUE PUEDEN VER AQUÍ:

http://www.showonline.com.ar/CriticaId.php?id=147

Despair,
de Carla Callegari

La pregunta es “¿Cuánto pesar soporta el cuerpo antes de desvanecerse para siempre?” Se trata del cuerpo del Hombre (Javier Ulises Maestro) un profesor universitario que ha desatado una cadena de sucesos trágicos. Lo interesante es que se nos responde desde una inversión cronológica: la última escena se representa primero, y así se va sucediendo para atrás el relato ¿se entiende? Podemos leerlo en clave cinematográfica como si fuera un Flashback que se va profundizando cuadro a cuadro.
Retrocediendo así nos enteramos que el Hombre se relaciona con tres muertes, de sus vínculos más cercanos. La tragedia se va cargando en cuotas, en cuotas progresivas, a un espectador que -apagones mediante- va atando cabos sueltos, interpretando, reconstruyendo… completando esta obra de cuadros semi aislados.
Esto sucede en el espacio escénico de Ofelia Casa Teatro que, por su amplitud, permite el despliegue espacio-corporal que nos enseña la obra, lo cual se hace muy ágil gracias al diseño escenográfico: bastidores de madera maciza con ruedas, de los que vemos primero el lado neutro y luego, al darse vuelta, permiten otros usos para ambientar diversas escenas; también es fundamental para esta movilidad un puente-rampa de metal que se va desglosando en partes por acción de los actores (como aquellos bastidores) en los apagones.
Todos los aspectos de la obra se trabajan desde un minimalismo fuerte, concentrado, con recursos, sostenido como propuesta seria, coherente; la misma agilidad del diseño escenográfico la encontramos en el vestuario, muy simbólico: la camisa gris del Hombre y su ropa empobrecida degastada, el vestido negro de la Desesperación, la Mujer más cotidiana, más viva que él, tiene colores, hasta el Intruso tiene algún detalle de color (la atención a los colores la observamos también en un video colorido pero opacado por el paso del tiempo, en el que se recrea el vínculo familiar con los hijos). Este minimalismo forma parte de las actuaciones también, pero con explosiones, se destacan las del protagonista que denotan un trabajo interno serio de los sentimientos: se pasa de usos corporales casi simbólicos, muy limpios, a emociones duras y fluidas que estallan como si el pesar estuviera agobiando el cuerpo hasta el límite.
Es destacable la composición de los vínculos: el Hombre y su dulce Amante (Renata Aiello), el Hombre y su abandonada Mujer (Eugenia Palioff), la relación familiar con los hijos Julio (Arian Piccorossi) y Joseph (Byron Piccorossi), la amarga complicidad con el Intruso (Iñaki Moreno Jovani) un lisiado que da a entender con sutil hombría que su mujer era Amante del Hombre, el mundo surrealista que se crea con la Desesperación (Daniela Terragno) en la que se cruzan un lenguaje corporal de danza contemporánea con una retórica terrorífica.
Hay un trabajo crucial en las luces, los focos forman dinámicamente parte de la escena haciéndonos atender, por ejemplo, a un cuerpo mudo mientras otro habla desde la oscuridad, así se van marcando las líneas de acciones. La oscuridad impera en las salidas, en los cambios escenográficos ágiles. El uso de las luces llega al punto clave cuando muere la Amante: se apaga su luz y sigue encendida la del protagonista, así captamos simbólicamente el hecho… es que la poética juega un rol aglutinante de una narrativa fragmentaria: los cuerpos no sólo relatan sino que se dejan relatar, por voces en off, por recursos poéticos, por las luces, por el recuerdo, por el espectador. Es que los recursos minimalistas bien usados dan lugar al desarrollo de la polisemia, del montaje de múltiples códigos.